MXM, robada de William Shakespeare es Abya Yala en su ser más político. Frente a la situación social costarricense, cada vez más claramente escindida económica y culturalmente, la puesta es irreverente, cuestionadora, contestataria, tosca y abiertamente crítica. Pero, como todo en este grupo, debe ser atravesada por el teatro. Ese es nuestro oficio; por eso trabajamos cada día.
Así, MXM, es la respuesta estética a la falta de ética de las personas en puestos de poder. No sólo los corruptos, quienes a veces no son castigados penalmente por algún tecnicismo legal, sino todos/as aquellos que permiten, facilitan o dejan de denunciar actos corruptos. Cada vez son más porque cada vez aceptamos más lo anormal de cientos de actos corruptillos; cada vez participamos más del asesinato de la democracia.
Nos atrajo una obra que justamente presenta una sociedad en estado de descomposición, en ruinas de hecho. Un lider inefectivo (¿corrupto?) ha llevado a su Venecia al borde del colapso moral y, en su infinita sabiduría, trama un plan para salvar su sociedad (¿su propio pellejo?). Medida por Medida ha sido descrita como la despedida de Shakespeare a la comedia, pues parece que una nueva forma dramática es la que debiera dirigirse a un contexto en el cual cada uno de los seres vivientes (excepto, claro, el asesino Bernardino) está de alguna manera mancillado por las mentiras, falsedad, manipulación, hipocresía. Escribir comedia no satisface ya, así que de nuevo Shakespeare pasa la batuta de escritor a un personaje de su propia obra. Como antes lo hizo Yago, el Duque Vincentio debe convertirse en el autor de su propia acción (y la de todos los demás), pero como dramaturgo, sus motivos son egoistas y la resolución tan cuestionable como los matrimonios forzados y los veredictos comprados.
Una farsa que mezcla estilos y sin centro aparente, parece ser el tipo de teatro que merecen estos tiempos; pero no una farsa de relleno barato y banal pues el ingrediente principal nos lo ha regalado la historia de la corrupción de Costa Rica y esa nos ataca cada día. Esta es una farsa hiperrealista. Es interesante que llegamos a un estilo absolutamente contemporáneo, que requiere de nuevos parámetros para ser ‘leído’, porque el comportamiento, totalmente instaurado, así lo requiere.
El texto, a partir de una oscura comedia de William Shakespeare, es una creación a muchas manos, durante un placentero y largo periodo el cual nos permitió crecer como creadores; lo cual no deja de ser paradójico puesto que la realidad parece decrecer en su capacidad de crear igualdad.