Balagán, como texto teatral impreso, intenta capturar un poco el espíritu de lo que fue un espectáculo en la calle. A los/las espectadores/as se les instaba a seguir las acciones y, sobre todo, las canciones que se habían inspirado en la calle, en un trabajo de recuento de muchas horas y meses de observación y recopilación.